El Manchester City demostró ayer que si puede competir contra los grandes de Europa tras imponerse al Barcelona por 3-1 en un partido en el que Guardiola traicionó a su estilo para ganarle a su exequipo.
El partido empezó igualado con un intercambio de ocasiones entre los dos equipos, pero el Barça tenía algo que el City no tenía, a Messi, que en el minuto 21 transformó un corner en contra en una fantástica ocasión que acabo rematando él mismo al fondo de la red. A partir de este momento el Barça viviría sus mejores momentos con un constante asedio a la portería de Caballero. Pero fue entonces cuando un error de Sergi Roberto terminaría en un gol de Gündogan que daría aire al City y descolocaría completamente al Barcelona que tras el recital de posesión que dio minutos atrás ahora apenas era capaz de completar cuatro pases seguidos.
Al principio de la segunda mitad De Bruyne lanzó una falta que se coló por el palo de Ter Stegen dejándolo en evidencia. Los de Pep tuvieron dos ocasiones más para poder aumentar el marcador, una de Otamendi y otra de Agüero. Pero sería el Barcelona el que tendría la ocasión más clara, un error de Stones,a punto estuvo de convertirse en el 2-2 para el Barça. El central pasó hacia atrás pero Suárez se anticipó y se hizo con el esférico corrió y se la cedió a André Gomes, que llegaba desde segunda línea, éste solo ante Caballero envió un chut fortísimo que afortunadamente para el City acabó rebotando en el larguero.
El disparo de André Gomes apenas inquietó al City, que nueve minutos después marcaría el 3-1 gracias a un ataque comandado por Agüero que abrió para Navas y acabó con un centro que fue retrasado por el Kun cayéndole así el balón a Gündogan que batió a placer a Ter Stegen .
Guardiola ganó el partido cediendo el control del balón al Barcelona y jugando a la contra traicionando así su estilo y jugando un fútbol que, como él mismo comprobó, también da buenos resultados a veces.
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